La Iglesia en la Edad Media
La Iglesia católica fue el más poderoso pilar de la sociedad en la época feudal. Tuvo influencias profundas en todos los órdenes de la vida del medioevo, y ningún sector de la sociedad se mantuvo ajeno a dichas influencias. Diversas circunstancias explican esta extraordinaria influencia eclesiástica durante esta etapa de la historia europea y las profundas huellas culturales y religiosas que dejaron en Europa y el mundo occidental.
La unidad y la universalidad de la fe cristiana caracterizaron la vida religiosa medieval. Ninguna religión disputó, en efecto, al catolicismo durante la Edad Media el gobierno de las almas en la Europa de Occidente. Y más aún, la Iglesia, apoyada en los poderes temporales, combatió en las cruzadas a los musulmanes en el Medio Oriente y en Europa, en el período posterior al siglo VII d. C.
Otra de las circunstancias que explican la influencia de la Iglesia es el predominio cultural del clero (sacerdotes, obispos y cardenales), casi la única clase letrada durante la Edad Media. Los campesinos, por lo agobiador de su trabajo, y los nobles, por su poca preocupación para la vida del espíritu, fueron, en su mayoría, analfabetos. En aquellos años ser laico (no miembro formal de la Iglesia) era estar al margen del saber letrado.
Las escuelas fueron, además, anexos de las catedrales y de los monasterios y en ellas oficiaban de maestros los sacerdotes y los monjes, que impartían gratuitamente los sencillos conocimientos de lectura, escritura, doctrina cristiana y canto. También, en las universidades, pese a no ser por su origen creación eclesiástica, la mayoría del profesorado estuvo representado por hombres de Iglesia. El monopolio cultural del clero y la eficacia de su actividad docente arraigaron, sólidamente, su autoridad y su prestigio.
Una tercera circunstancia corresponde a la íntima conexión entre la Iglesia y el poder civil. La Iglesia no solo tuvo a su alcance los medios de acción espirituales, sino también la fuerza material ejercida por el estado o el brazo secular, como entonces se decía.
Un cuarto elemento que marcó directamente la influencia de la Iglesia fue su organización, pues esta institución poseía una severa disciplina, una administración bien regulada y una jerarquía rigurosa, que le aseguraron un firme y eficaz gobierno.
fuente:Educar Chile ( Fichas temáticas)
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